Usos que el ser humano le da al mármol
El mármol es una roca metamórfica compacta formada a partir de rocas calizas que, sometidas a elevadas temperaturas y presiones, alcanzan un alto grado de cristalización. El componente básico del mármol es el carbonato cálcico, cuyo contenido supera el 90 %; los demás componentes, considerados “impurezas”, son los que dan gran variedad de colores en los mármoles y definen sus características físicas. Tras un proceso de pulido por abrasión el mármol alcanza alto nivel de brillo natural, es decir, sin ceras ni componentes químicos. El mármol se utiliza principalmente en la construcción, decoración y escultura. A veces es translúcido, de diferentes colores, como blanco, marrón, rojo, verde, negro, gris, amarillo, azul, y que puede aparecer de coloración uniforme, jaspeado (a salpicaduras), veteado (tramado de líneas) y diversas configuraciones o mezclas entre ellas, más.
Desde el punto de vista de las artes, el concepto de mármol se establece según su apariencia, siendo ésta, en general; las piedras calizas que son susceptibles de un pulimento fino, logrado gracias a la compacidad de la formación de sus materiales aglomerados. Incluso se acepta y extiende el concepto de mármol a rocas que presentan un aspecto de acabado semejante en apariencia al mármol, a pesar de que en su composición, la presencia de carbonato cálcico sea escasa o nula.
Se utiliza para: esculturas, fuentes, cruces, obeliscos, pórticos, columnas, frisos, lápidas, panteones, lavabos, fregaderos, piletas, suelos, fachadas, revestimientos, mesas, bancos, balaustradas, frontales de chimeneas, mesas para panaderías y confiterías, morteros, vajilla, silbatos, decantadores, pisapapeles, terapia de piedras frías, encimeras de cocina y baño.
El monumento más famoso hecho por mármol es el Taj Mahal y en escultura destacan la Venus de Milo y el David de Miguel Ángel.
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