Sistemas de prevención y actuación en terremotos
En 1989 un terremoto de 6,1 grados en la escala Richter sacudía el norte de California, unos momentos antes del temblor un grupo de científicos recibió una alerta que les avisó del inminente temblor y de su intensidad.
En un terremoto están las ondas P y S, como consecuencia surgen las superficiales sobre la superficie terrestre, siendo las más lentas y peligrosas.
Sismógrafos: son aparatos que miden estas variaciones en las ondas. A 150 personas les llegó la imagen del sismograma realizada por esta máquina 10 segundos antes de que ocurriese; gracias al programa ShakeAlert; sistema de pruebas en California.
Funcionamiento: Una red de 400 sensores distribuidos por todo el territorio a cubrir son capaces de detectar las ondas P, y emiten una alerta al centro de control centralizado. Desde el centro de control se procesa la alerta y se envía a los usuarios antes incluso de que lleguen las ondas S. Depende de factores como la distancia del lugar al epicentro del mismo.
El sistema más avanzado está en Japón, desde 2006, con más de 4235 sismómetros instalados por todo el país, siguiendo el mismo método que el estadounidense, pero pudiendo alertar a toda la población; mediante mensajes, por televisión, radio…
El desafío: Conseguir más antelación, con 40 o 50 segundos se podrían parar trenes, vaciar ascensores, cerrar válvulas de gas… Las evaluaciones científicas de las supuestas predicciones buscan los siguientes elementos: una ubicación o área específica, un lapso de tiempo determinado, un rango de magnitud particular y una probabilidad específica de ocurrencia.
Los radares aéreos han resultado útiles para localizar zonas de fallas, identificar depósitos de materiales no consolidados y delinear las áreas donde un terremoto pueda causar derrumbes. Pueden utilizarse imágenes en color infrarrojo producidas por satélites en escalas de hasta 1:100.000 para definir zonas de fallas activas en la superficie. Los datos más prácticos son las imágenes de satélites enviadas por Landsat, simplemente porque están disponibles para su uso y porque proveen suficiente resolución para los estudios de planificación regional.
Otro sistema parecido de alerta temprana podría ser instalado en el sur de la Península Ibérica, investigado por la Universidad Complutense de Madrid. Su ventaja es que solo con el registro de los tres primeros segundos del terremoto es capaz de estimar su magnitud. Actúa antes de que las ondas sísmicas de mayor amplitud y, por tanto, mayor energía, lleguen al emplazamiento. Para su implementación aún sería necesario que aumentara el número de estaciones sísmicas en tierra y la instalación de estaciones sísmicas de fondo marino en tiempo real.
Sistema diseñado por científicos de Boston permite detectar el movimiento de personas atrapadas bajo escombros tras derrumbes producidos por terremotos. El aparato emite dos señales inversas que solo se anulan completamente entre sí cuando ambas chocan con un objeto detenido. Si el objeto está en movimiento, queda algo de las señales, que son recibidas de nuevo en el aparato.
El sistema, llamado "Wi-Vi," se basa en un concepto similar a las imágenes de radar y sonar. Pero a diferencia de estos últimos, transmite una señal Wi-Fi de baja potencia.